viernes, 2 de diciembre de 2016

En una sociedad multicultural como la nuestra, la labor del traductor como mediador intercultural cobra especial importancia. Hoy día, los traductores se han convertido en profesionales capaces de conectar las realidades de dos culturas diferentes a modo de eslabón invisible. El buen traductor debe ser capaz de adecuar un mensaje expresado en una lengua origen a una lengua meta impregnada de una cultura totalmente diferente sin que el receptor detecte que se encuentra ante una traducción. Por esta razón, el verdadero logro de cualquier traductor es el de mantenerse invisible ante los ojos de un receptor meta que concibe el texto que recibe como un constructo nuevo y no como un producto que ha sufrido un proceso de transformación.